La historia de la cocina: La cocina tras las invasiones germánicas
La inclusión de la caza en la cocina
La inclusión de la caza en la cocina
Después del esplendor de los imperios mediterráneos, el gran avance de Grecia en los procesos agrícolas, que después fueron seguidos por los romanos; la expansión del olivo a Cádiz y Túnez; la llegada de nuevas frutas de las manos de Alejandro Magno; el pescado venido de Cádiz y los atunes del Adriático y finalmente los cereales. La cocina en Europa no crecía igual para todos y gran parte por la invasión de las tribus germánicas a Roma.
Roma empezaba su decadencia política y las tribus germánica venían del este con más fuerza y con su nueva cultura y costumbres, entre ellas la cocina. Los romanos llamaban a estos pueblos “bárbaros”, y gran parte por sus costumbres alimenticias; comían carne cruda, no tenían tradición ganadera y muy poca cultura agrícola.
“Con la llegada de los bárbaros se dejó de comer echado, sino se adoptó la costumbre bárbara de comer sentado”
Las relaciones entre invasores e invadidos al comienzo fue dura, pero poco a poco el pueblo conquistado fue aceptando al conquistador, pero a la vez estos últimos aceptaban algunas costumbres de sus “vasallos”, y entre esas muchas fueron costumbres culinarias.
Los godos, los francos y sobre todo los visigodos impusieron la afición de la caza, costumbre que se mantuvo por toda la edad media y que se incorporó al concepto de cocina que se conocía hasta ese momento. Inclusive en la Edad Media la caza fue más que una disciplina deportiva, fue uno de los sustentos alimenticios de nobles y reyes.
“Con la llegada de los bárbaros los banquetes dejaron de ser únicamente masculinos”
Los pueblos conquistados además de la caza adoptaron la afición por las hortalizas y las frutas, desde las habas hasta las manzanas y membrillos- Igualmente gustaron de los frutos secos: avellanas, castañas, higos y pasas. Por el otro lado los visigodos aceptaron con agrado el garbanzo cartaginés que era muy usado en los pucheros en el mundo de habla hispana. Pero más que el garbanzo fue la harina de garbanzo que cocida como fécula que utilizaban los pobladores ibéricos para elaborar las famosas “gachas”, costumbre que también se extendió al norte de África.