Mitos falsos sobre el azúcar

¿Sabías que consumir demasiada azúcar no te convierte en diabético? Este y otros mitos sobre el azúcar carecen de fundamento científico.

Mitos sobre el azucar

Hace mucho tiempo que el azúcar se ha convertido en un foco de constante debate. Atrás quedaron los tiempos en los que la ingesta de azúcar no tenía control y tanto los hogares como los diferentes alimentos procesados abusaban en exceso de este ingrediente. La relación con problemas de salud asociados al azúcar se ha demostrado en muchos estudios hasta el punto que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda limitar su consumo para que no represente más del 10% del aporte calórico diario a la dieta cotidiana y recomiende que no sobrepase el 5%.

Hablamos de la teoría, pues en la práctica, el asunto no es tan sencillo. Por un lado, la dificultad del control y la adecuada lectura de los etiquetados y, por otro lado, una serie de falsas creencias sobre el azúcar complican llevar a cabo estas recomendaciones. Actualmente, se ha desmontado algunos falsos mitos sobre el azúcar con el fin de que la información con la que contemos sea veraz y no se caiga en un temor infundado.

1Hay que eliminar el azúcar de la dieta

Una manera radical que aparece en muchas ocasiones es esta afirmación, eliminar de una vez por todas todo aquello que contenga azúcar como si de una sustancia tóxica se tratase. Esta medida no es correcta, pues existen alimentos que contiene azúcar de forma natural, como la fruta y la verdura sin licuar, triturar o exprimir, y que por ningún motivo deben ser excluidas de nuestra dieta.

2El azúcar rubio es mejor que el azúcar blanco

Todos los tipos de azúcar, entre los que se encuentran el azúcar rubio y el azúcar integral, contienen la misma sustancia que es la sacarosa, por lo que, en lo que a calorías se refiere, contienen las mismas. La diferencia aparece en sus procesos de refinado que es lo que les aporta su aspecto y textura. Pero no se debe abusar de estas variedades pensando equivocadamente “esto no es azúcar”.

3El etiquetado indica si un azúcar es añadido o forma parte del alimento

La eterna cuestión del etiquetado y sus millones de trucos para confundir al usuario hace que productos que contienen la famosa frase “sin azúcares añadido”, no tienen por qué no tener edulcorantes o incluso preparados de frutas (pasta de dátil o zumo de manzana) para conseguir dulzor sin aportar apenas beneficios.

4Existen alternativas más saludables que el azúcar

La miel, el jarabe o el sirope tienen prácticamente el mismo azúcar como el azúcar mismo y su perfil calórico es bastante semejante.

5Es mejor sustituir el azúcar por edulcorantes

Los edulcorantes con muy bajo valor calórico como la sacarina, el aspartamo o la Stevia pueden ser una alternativa para reducir el consumo de azúcar, pero la Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU) advierte que esta sustitución no aporta ningún beneficio en el control del peso, pues en lugar de educar nuestro paladar a otros sabores, lo único que hace es intentar imitar el sabor original, por lo que la tentación hacia el azúcar siempre seguirá ahí.

6Consumir mucho azúcar te vuelve diabético

Al día de hoy, ningún estudio ha demostrado que exista una relación directa entre un consumo elevado de azúcar y el aumento de probabilidades de aparición de diabetes de tipo 2. Lo que sí se ha podido observar es que un alto consumo de azúcar favorece el desarrollo de obesidad y sobrepeso que, a su vez, sí es un claro factor de riesgo para el desarrollo de la diabetes mellitus.

7El azúcar pica los dientes

Lo que provoca las caries son los ácidos y no los dulces. Aunque la idea de que el azúcar provoca caries no es del todo errónea, pues estos ácidos son causados por bacterias que se alimentan de azúcar. Pero eso no ocurre con todos los dulces que ingerimos, el azúcar de que se alimentan estas bacterias también está presente de manera natural en muchos alimentos. De ahí que no se pueda culpar exclusivamente a los azúcares añadidos. Otra cosa que hay que saber es que esos ácidos que producen las bacterias se adhieren a la boca a lo largo de una media hora después de haber comido y es del todo indiferente a la cantidad de dulce que se haya consumido.