Cómo pelar garbanzos

El bicarbonato de sodio es el aliado adecuado para que pelar garbanzos no sea una labor tan tediosa.

Pelar garbanzos

Cualquiera que haya cocinado alguna receta que contenga garbanzos, podrá confirmar lo difícil que resulta pelar estas legumbres una por una. En el caso de los garbanzos, ¿por qué es importante pelarlos?

La piel que recubre los garbanzos es muy fibrosa y de difícil digestión, además de alargar los tiempos de cocción y dejar texturas poco agradables en preparaciones como el puré, por ejemplo, por lo que quitando la piel a los garbanzos podemos conseguir purés más cremosos y digestiones más ligeras.

Entonces, una de las maneras de pelar garbanzos sin perder tiempo es agregándoles bicarbonato de sodio, esto porque el medio alcalino que se genera con el agregado del bicarbonato de sodio hace que la piel de los garbanzos se debilite durante la cocción y se desprenda muy fácilmente.

Esta técnica se puede utilizar con los garbanzos secos que han sido remojados y también con los ya cocidos.

Garbanzos secos (antes de cocinar)

  1. Remojar entre 4 a 5 horas.
  2. Escurrir y agregar al agua de cocción 1 cucharadita de bicarbonato de sodio cada 200 gramos de garbanzos.
  3. Cocinar por hervor hasta que estén tiernos, entre 30 y 40 minutos según la cantidad.

Garbanzos ya cocidos

  1. Enjuagarlos y escurrirlos bien con agua.
  2. Calentar en una cacerola y mezclarlos con una cucharadita de bicarbonato de sodio por cada 200 gramos de garbanzos cocidos y remover bien.
  3. También se puede calentar un poco en el microondas en un recipiente adecuado hasta que los garbanzos estén calientes.
  4. Agregar el bicarbonato de sodio y remover.
  5. Luego de la cocción o de calentar los garbanzos ya cocidos, llenar un recipiente de agua caliente y añadir los garbanzos.
  6. Usando las manos, mover bien frotando unos con otros, con suavidad para no romperlos demasiado, de a poco irán apareciendo las pieles flotando en el agua.
  7. Escurrir con colador, con cuidado, para desechar las pieles.
  8. Volver a llenar con agua y repetir el proceso hasta que no salgan más pieles y el agua quede limpia.
  9. De quedar algún resto de piel, esta se saca de manera manual.