Cómo deshidratar frutas en casa

La deshidratación de las frutas nos permite almacenarlas por mucho tiempo más sin el riesgo de que pierdan sus valores nutritivos y vitamínicos.

Deshidratar frutas en casa

Una manera adecuada para conservar alimentos por más tiempo manteniendo sus nutrientes y propiedades es el proceso de deshidratación. En este caso, deshidratar frutas en el hogar es mucho más sencillo de lo que se cree, solo hay que seguir el método adecuado para lograr excelentes resultados.

La deshidratación es una técnica muy antigua que tenía el objetivo de prolongar la vida útil de las frutas y verduras. Principalmente, se trata de extraer el agua que contienen los insumos para evitar la posible proliferación de bacterias que tienden a dañar el producto. De esta forma, las frutas pueden almacenarse por más tiempo sin perder sus características.

La deshidratación de frutas es ideal porque rompe con el concepto de la estacionalidad. No importa que no se esté en la temporada de dicho alimento, este podrá encontrarse fácilmente en la despensa para múltiples fines. Aunque actualmente existan electrodomésticos especiales para deshidratar frutas e incluso puedan comprarse ya listas, hacerlas en casa no es nada complicado. De esta manera se puede tener un insumo a la mano que encaja con diversas preparaciones como ensaladas, cocteles o incluso como un snack nutritivo.

Para lograr este proceso, el fruto debe exponerse a una temperatura baja y constante por varias horas. El objetivo es extraer la mayor cantidad de agua posible que tenga sin llegar a quemarlo, por lo que hay que ser muy cautelosos durante el proceso. Es importante que la fruta o verdura esté en su punto óptimo de maduración y se deben eliminar la imperfecciones que pueda tener en la piel y las semillas o pepas, si es que tiene.

Cómo deshidratar frutas al horno

Este es un método fácil que no requiere mayores conocimientos. En una bandeja disponer los ingredientes cortados, preferiblemente de manera uniforme. Mientras más finos sean los cortes, menor será el tiempo en que se deshidratarán. Toma en cuenta que la bandeja debe estar cubierta con papel vegetal y todos los pedazos deben guardar un ligero espacio entre cada uno.

Muchos recomiendan que la temperatura ideal debe estar entre 40°C y 55 °C. Sin embargo, muchos hornos no permiten la posibilidad de trabajar a bajas temperaturas. En este caso, un truco útil es llevar el calor al mínimo dejando la puerta del horno ligeramente abierta y supervisando siempre la temperatura.

También es posible prepararlas a un máximo entre 70°C y 80°C. aunque acorte los tiempos, se corre el riesgo de quemarlas y de destruir así sus vitaminas y enzimas. Los alimentos pueden pasar varias horas en el horno, pero es importante detener el proceso cuando ya no haya humedad, antes de que las frutas y verduras comiencen a tostarse.

Otro punto a tener en cuenta es que cada ingrediente tiene su propio ritmo de deshidratación, por lo que algunos aconsejan hacerlo por separado. Pero, de optar por más de una variedad al mismo tiempo, hay que supervisar atentamente según el tipo de producto. Una vez que estén listas, lo recomendable es guardarlas en una bolsa o recipiente hermético con la seguridad de que pueden durar hasta varios meses en perfectas condiciones.

El tradicional secado al sol

Este es el proceso por excelencia implementado desde la antigüedad. Debe hacerse preferiblemente en verano, la época más calurosa del año. En este método, se disponen los insumos sobre una rejilla o se cuelgan en una cuerda en un lugar con mucha exposición a la luz solar. Hay que tener mucho cuidado con los insectos por lo que es recomendable cubrirlos con un mosquitero para que estén protegidos y aireados. Cada día, hay que tratar de darles la vuelta para que puedan secarse bien por ambos lados. Este proceso es mucho más lento a comparación de la deshidratación en el horno, pues requiere de varios días según las condiciones climáticas y dependiendo también de la fruta o verdura escogida.